La crisis motivada por la escasez de microchips a nivel mundial, que ha hecho para la producción de varias fábricas de vehículos, ha afectado al segmento de los portavehículos. Este subsector representa en España en torno a mil empresas y autónomos con una flota de camiones de en torno a 3.900 vehículos, «los cuales ya vivieron una situación dramática el pasado año con motivo de la suspensión de la actividad por el estado de alarma y el consiguiente cierre de las fábricas de automoción», recuerda Fenadismer.
«Hay que tener en cuenta que, a diferencia de otros subsectores del transporte de mercancías por carretera, en el caso de los transportistas de portavehículos no pueden dedicarse al transporte de otro tipo de mercancías, dadas las especiales características técnicas del conjunto del vehículo (normalmente tren de carretera), que lo hace incompatible con otro tipo de configuración modular», lamenta la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España, dentro de la cual se encuentra representada la asociación nacional de transportistas de portavehículos, Transportave.
ASAMBLEA
Transportave tiene previsto celebrar un asamblea a lo largo de este septiembre en la que analizarán la situación en que se encuentra su sector y las medidas que en su caso puedan adoptarse.
Fenadismer hace hincapié en que la mala situación económica de este segmento se ve agravada por la mayor carga financiera que deben soportar los transportistas de esta especialidad por la elevada inversión que supone la adquisición de este tipo de vehículo de transporte, que supera los 200.000 euros entre el camión y el remolque carrozado, lo que representa un 50% más de coste que un tren de carretera convencional, según se recoge en el Observatorio de Costes del Transporte de Mercancías Por Carretera que publica periódicamente el Ministerio de Transportes.
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